Estamos en una etapa de la vida en la que debemos intentar hacernos responsables de nuestras acciones, asumir las consecuencias de nuestra manera de actuar, sentir, hablar, decir, pensar. Pero sin perder de vista que hay cosas que no nos corresponden.
Aunque seamos realistas, no somos niñ@s y comenzamos a tener que ser conscientes de la necesidad de trabajar la capacidad que tenemos para definir la causa u origen de un problema.
Ya que si nos convertimos en esas personas que no tienen esta habilidad, tenderíamos a atribuir la causa o responsabilidad de los problema a otras personas, al destino o la suerte... y esto nos restará control sobre nuestra vida…
Os ofrecemos un cuadro en el que puedes ver qué es tu responsabilidad y qué no lo es.
Cómo empleas tu tiempo, ¡es tu responsabilidad!
Si apruebas o suspendes un examen, ¡es tu responsabilidad!
Cómo tratas a las personas de tu alrededor, ¡es tu responsabilidad!
Lo que decides hacer o no, ¡también es tu responsabilidad!
Y cómo te tomarás las cosas….