Claves para ayudar a tus hij@s a que organicen su tiempo

Hoy te proporcionaremos claves para ayudar a tus hijos e hijas a organizar mejor su tiempo de estudio, y es que seguro nos hemos escuchado alguna vez diciendo las frases siguientes:

...-No se organiza, pierde mucho tiempo, acaba siempre tardísimo, se distrae con el vuelo de una mosca…-frases como ésta escuchamos todos los días, es una de las cosas que sucede a casi todos y todas las jóvenes, en particular a partir de secundaria.

Y, ¿por qué?

Bueno, en realidad habría que preguntar ¿Qué esperabas? Les hemos enseñado a hablar, a caminar y a vestirse, pero ¿les hemos enseñado cómo hacer eso de… estudiar?, muchas veces les decimos cosas como: …-vamos, ponte que se te hará tarde-…, pero, ¿Cuando empezaron a caminar les dijimos: -vamos, un paso tras otro-? no, sencillamente les cogimos de las manitas y pusimos a prueba nuestros riñones y paciencia.

Pues con este asunto es igual.

Pretendemos que un buen día a una instrucción nuestra la obediencia sea inmediata y satisfactoria.

Por una parte, los chicos y las chicas no tienen la misma percepción del tiempo que las personas adultas, ni las mismas necesidades, ni tampoco han desarrollado aún el mismo grado de responsabilidad y actúan por imperativo, en muchas ocasiones sin conocer las razones.

Aunque en realidad, da igual que se las cuentes las razones, ellos y ellas sencillamente no las entenderán. Pues deberían ir experimentando hasta entenderlo.

Por otra parte, los padres y madres a veces no comprendemos que los y las adolescentes tienen que desarrollar mecanismos que les den estrategias eficaces con los estudios.

Les decimos: -estudia, haz las tareas y así luego tienes más tiempo para hacer lo que quieras- y está muy bien... pero en realidad son palabras, lo mismo que son palabras decirles -haz tu cama y recoge tu ropa-, si no les decimos (al menos una vez) cómo esperas que quede la cama y cómo doblar su ropa, no sabrán ni por dónde empezar y seguramente acaben en un motón dentro del armario.

Si deseas que sean autónomos/as, que se pongan sin protestar, que no pierdan tiempo y que lo hagan todo bien, no pierdas tiempo y dile cómo.

Pero antes de empezar aclaremos algunas cosas.

Sabemos lo que se entiende por ser autónomo: que haga sus tareas y estudie solo/a sin necesidad de que algún padre, hermano mayor, etc, esté a su lado constantemente.
Sabemos lo que significa “no perder el tiempo”: que llegada la hora pactada se pongan sin demoras, sin discusiones, sin distracciones…
Sabemos lo que significa que lo haga todo, es decir, que no deje pendiente ninguna tarea, lea los libros que les mandan, hagan los trabajos…
Pero, ¿qué es para ti que lo hagan todo bien? Aquí seguro que hay discrepancias, para unos padres esto significa: limpieza y orden, y si no está a satisfacción del padre/madre que lo revisa, se arranca y empieza de nuevo. Para otros es: trabajo completo y legible. Para otros: basta con que los hijos les digan que lo han hecho todo bien…

De manera que aquí tienes que decidir qué es para ti “que esté bien”, pero ¡ojo! Con las súper exigencias, porque a veces dicen más de los deseos de los padres que la eficacia de un buen trabajo.

Si ya tienes claro que es para tu “bien”, lo siguiente es ayudarles con el “cómo”.

Pacta con tu hijo o hija la hora de comienzo de estudio y ten en cuenta que deben descansar.
Revisa su agenda y organiza la tarea en función del día siguiente. Han de estar hechas al menos esas tareas, y hay que valorar trabajos que están en marcha, lecturas, o cosas que están atrasadas: exámenes de recuperación…
Si se despista con el vuelo de una mosca, tendrás que ponerle un reloj cerca y pactar un tiempo de trabajo adaptado a la tarea a realizar. El tiempo no ha de ser ni muy dilatado, ni escaso, pues no conviene fomentar ni el despiste ni la frustración.
Cada tarea tiene un tiempo distinto para ser ejecutada y entre una tarea y otra se debe producir un descanso breve (5-7 min.)
Los chicos y las chicas deben trabajar solos durante ese tiempo y deben tener claro que es un tiempo límite, para que se centren en esa tarea.
Al finalizar cada tarea deben mostrarte qué han hecho, valorando si el tiempo acordado ha sido suficiente, o se debe readaptar, y también la calidad de lo que se ha hecho.
Poco a poco, cuando acepten la dinámica y vayan aprendiendo a gestionar así su tiempo, irán adquiriendo autonomía y no tendrás que revisar cada cosa que vayan haciendo.
Además, habrán comprendido qué se entiende por un trabajo bien hecho y presentado, y qué no es admisible.

Conéctate con prevención