¿Cuántas veces nos hemos preguntado o habremos escuchado?…por que no se puede hablar con él/ella, es muy difícil entenderse con ellos/as, no escuchan, no hacen caso…
La adolescencia es una etapa de transición que va aproximadamente desde los 12 hasta los 19 años. Durante este período, los/as adolescentes pasan buena parte del tiempo fuera de casa: en su colegio o instituto, haciendo deporte, actividades extraescolares o con sus amigos/as etc. Pero es importante que intente hablar con su hij@ cada día para compartir opiniones, ideas e información.
Es sabido que es un auténtico desafío, a esas edades y por lo general, a pesar de depender de sus padres, madres o tutores, son sus iguales los que de algún modo influyen más en ellos/as. Los cambios biológicos, cognitivos y sociales que se abren entre ellos/as, son donde descubren su propia vida, los predispone a ser un poco más “independientes”, a pensar que lo “saben todo” y por añadidura a tomar sus propias decisiones sin contar con sus referentes familiares.
Tienen mucho de qué disfrutar y descubrir: la sexualidad, la amistad, nuevos espacios de ocio, nuevos conocimientos…
Los/as chicos/as necesitan conseguir independencia y autonomía, por lo que comienza el típico periodo de alejamiento de la familia, falta de comunicación, introversión, miedo y crisis, y tienden a utilizar de un modo general frases del tipo: Yo soy mayor, yo decido; Yo tengo mis derechos; Eres el peor padre o madre…del mundo; No me entiendes; Los padres, madres…de mis amigos/as son mucho mejores que tu; etc.
Estos cambios afectan a todo el sistema familiar, esta, ha de transformarse en su conjunto: normas, rutinas de convivencia, roles de autoridad-decisión, distribución del tiempo y el espacio en el hogar y sobre todo la comunicación…hay que hablar más que nunca con ellos/as.
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