En ocasiones las personas evitan hablar de normas y límites pues lo asocian a conceptos más restrictivos o represivos como puede ser el castigo. Es posible pensar que las normas coartan la libertad de los hijos y las hijas, pero lo cierto es que el establecimiento de límites en el hogar tiene una función preventiva dentro de la educación de los y las menores. Unas normas adecuadas en la familia son un factor de protección frente a conductas de riesgo como puede ser el consumo de drogas u otros comportamientos potencialmente adictivos.
Se entiende por norma a una pauta o un principio que se debe seguir para realizar correctamente una acción o también para guiar, dirigir o ajustar la conducta o el comportamiento de las personas. Las normas en el hogar se relacionan con los valores familiares. Por tanto, en cada familia existen normas diferentes según su contexto, dinámica de vida, costumbres y necesidades.
En mayor o menor medida, en todas las familias se establecen normas. Algunas se han aprendido de forma natural, como, por ejemplo, saludar al llegar a casa. Este tipo de normas ni siquiera llegamos a identificarlas como tales. Otras, sin embargo, han tenido que establecerse explícitamente con una conversación o una negociación.
El establecimiento de normas y límites procuran el bienestar y la sana convivencia entre todos los miembros de la familia. La familia es el primer lugar de prueba de normas y límites, y lo normal es que los hijos y las hijas intenten saltarlas o retarlas constantemente. Ahí es donde las personas adultas juegan el importante papel de ayudarles en el aprendizaje de las mismas con tranquilidad, empatía y amor.
Las normas son necesarias y ayudan a hacer más responsables a los hijos y las hijas frente a los hábitos que deseamos adquieran. Aunque manifiesten lo contrario, los y las adolescentes desean que sus padres les pongan límites. Nuestros hijos e hijas tendrán que enfrentarse más tarde o más temprano a una sociedad en la que existen leyes, normas de conducta y obligaciones personales y profesionales. La presencia de normas contribuye de forma positiva a múltiples aspectos de su educación como personas.
Establecer normas y límites es importante porque, por una parte, a nivel personal, nos ayudan a manejar las situaciones de frustración y nos preparan para la convivencia, las cosas no son muchas veces como nos gustaría que fueran; y por otra parte dan seguridad en la etapa infantil y adolescente y permiten desarrollarse libremente dentro de ese entorno seguro por estar acotado, mejorando la autoestima, la empatía y en general las habilidades sociales.
El establecimiento de normas y límites, más rígidos en la infancia, más flexibles en la adolescencia, facilita la creación de unos hábitos de conducta y de un sistema de valores adecuados en los menores, siempre que estas normas vayan acompañadas de un ambiente de cariño y de apoyo emocional.
Te proponemos que leas la siguiente fábula, que te puedes descargar haciendo aquí click en el enlace y contestes a estas preguntas:
- ¿Por qué son importantes las normas y límites en una sociedad?
- ¿Qué funciones cumplen las normas en la familia?
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