Debido a la pandemia provocada por la COVID-19, de repente los/as docentes se encuentran trabajando de un modo completamente nuevo y deben adaptarse desde lo mental, lo físico y lo emocional. Pero:
¿Qué consejos les daría a los/as docentes en estas circunstancias para ayudarlos a gestionar su estrés mental o emocional?
Es importante que hablemos sobre el tema. Lo primero y principal es que debemos admitir que estamos viviendo y trabajando en una época sin antecedentes. No existe ningún manual que nos diga cómo educar al alumnado durante una pandemia.
Sabemos que el distanciamiento físico plantea muchos desafíos para llegar al alumnado y hacerlos participar en el aprendizaje. Además, por supuesto, tampoco podemos olvidar los efectos sociales y emocionales de la pandemia, ya que tanto alumnos/as, como profesores/as están sufriendo alteraciones importantes y dificultades personales en sus vidas.
La realidad es que hay docentes que están intentando lograr un equilibrio entre su vida personal y su vida laboral, y que están aprendiendo a usar nuevas tecnologías o métodos de enseñanza.
Por otro lado, tenemos a los/as alumnos/as, que están aislados socialmente de sus compañeros/as, y a quienes se les está pidiendo que sean más independientes. Lamentablemente, muchos se encuentran en situaciones difíciles que no siempre son favorables para el aprendizaje. Además, hay algunas familias, alumnado y docentes, que viven en un entorno tóxico o peligroso, y para los cuales el centro educativo es su amparo. Por desgracia, todo eso se ha perdido y todos estos factores influyen en cómo nos sentimos.
Debemos mantener las cosas en perspectiva, admitir que hay limitaciones. Sin embargo, también debemos estar entusiasmados/as por lo que creo que son nuevas oportunidades de crecimiento, tanto a nivel personal como profesional, porque las dificultades, sin duda, pueden hacernos crecer. Lo principal es reconocer que somos humanos y que todos/as tenemos nuestras limitaciones.
¿Cómo proteger el bienestar físico del o la docente?
El concepto de cuidado propio resulta crucial para promover el bienestar emocional y físico. El cuidado propio no es un plan de emergencia que ponemos en marcha cuando necesitamos ayuda y estamos en crisis, sino que se trata de algo que debemos incorporar a nuestra vida diaria.
Comments