Durante la adolescencia, los hijos e hijas necesitan sentir que encajan socialmente. “Ser parte del grupo” es particularmente importante durante esta etapa. Pero a los padres y las madres les preocupa que esas amistades puedan ejercer demasiada influencia, sobre todo si realizan actividades peligrosas o dañinas. Durante la adolescencia es habitual que se cambie con frecuencia de amistades ya que necesitan explorar y encontrar con quién compartir ideas, intereses y aficiones (especialmente en cuestiones de moda, gustos musicales, formas de vestir, y actividades en las que participar). Sin embargo, las amistades no reemplazan a los padres y las madres cuando se trata de cuestiones importantes.
Los padres y las madres pueden, y deben, influir en el tipo de amistades que escogen sus hij@s. A continuación se abordan algunas estrategias para hacerlo:
Conocer las amistades de su hijo o hija. Conocer personalmente a l@s amig@s de su hijo o hija permite tener una información muy útil para saber dónde se encuentra su hijo/a. Llévalos a actividades, partidos, conciertos, ofrécete para recogerlos si van a volver tarde o invítalos a su casa y aproveche para escucharl@s.
Conocer a las madres y padres de los y las amigas. Sin necesidad de ser íntim@s, conocerse le ayudará a saber si las actitudes y preferencias como madres y padres coinciden o no con las suyas. Conociéndose entre sí se puede llegar a acuerdos que eviten comparaciones del tipo: “es que a ell@s les dejan...”
Dar tiempo y espacio para las amistades. Además de satisfacer la necesidad de “ser parte de”, pasar tiempo con amistades en sitios seguros y de confianza es una excelente manera de aprender habilidades de relación social.
Hablar sobre la amistad. Para los y las adolescentes es importante lo que otras personas piensan de ell@s, sobre todo l@s amig@s. Es importante tener en cuenta que buena parte de los comportamientos de riesgo se deciden en el grupo de amig@s. Por ello, es muy importante hablar con los hijos e hijas sobre cómo resistir las presiones del grupo para desobedecer las normas familiares o ir contra los valores que les están inculcando. Idealmente podrán decir “NO”, pero no es tan fácil en la adolescencia resistir la presión de un amigo o una amiga y menos de un grupo. Hablando con su hijo o hija de posibles situaciones y alternativas le ayudará a sentirse más segur@ para afrontarlas.
Supervisar lo que hace y a dónde va con l@s amig@s. L@s adolescentes que saben que su madre/ padre saben dónde está, con quién, y lo que están haciendo, son menos propens@s a dedicarse a actividades de riesgo para su salud y seguridad. No temas decir “NO” cuando consideres que ni las personas, ni el lugar, ni la actividad son adecuadas para su hijo o hija.
Ser un@ buen amig@. L@s adolescentes que ven a su madre/ padre tratarse con respeto y amabilidad entre sí y hacia sus propi@s amig@s tienen gran ventaja. Ser un ejemplo tiene mayor impacto que cualquier charla que pueda darle.
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